Rebecca Donovan

preferible intentarlo y que no saliera bien antes que no llegar a vivirlo?

—¿Has visto mi dibujo? —preguntó orgullosa de los remolinos amarillos y rosas.

Sin embargo, la imagen cambió cuando salí sigilosamente de la habitación. El aire se cargó de discordancia y el recordatorio aplastante de mi existencia estropeó el retrato familiar.

Sentí una mirada asesina clavada en la espalda. Si las miradas mataran, ya estaría muerta.

Apagué la luz y dejé que la monotonía de la música me durmiera.

expectante, mientras bajaba el volumen de la animada canción punk

Sara subió el volumen de la radio cuando se dio cuenta de que no iba a contarle nada más y empezó a gritar y a mover la cabeza al ritmo de un grupo de punk británico.

Sara era la fantasía de todos los chicos del instituto

Los chicos también se fijan en ti —añadió como respuesta a mi comentario—, lo que pasa es que no apartas la vista de los libros y no te das cuenta.

Mis ojos se encontraron con los suyos y le respondí con una sonrisa leve pero incómoda.