—Bueno, creemos que es una persona valiosa.
—¿Y eso les basta?
Andrew titubeó. Luego se dio la vuelta y todo lo que de su padre había en él se reveló con la respuesta.
—Ya que lo pregunta, también está el aliciente de la aventura…
El efecto de esta confesión no fue el que esperaba. Adam Belinski saltó de la cama con una radiante sonrisa.
—¡Cómo me alegra oír eso! —dijo muy efusivo—. ¡No se lo imagina!