como una piedra y yo me quedé más tranquila. Cuando creciste y empezó lo de oír las cosas antes de tiempo, me quedó claro que el pelo no era lo único que habías heredado de tu padre. Penni, créeme, no he hecho esto para que no descubrieras todo tu potencial, sino porque tenía muchísimo miedo de que desaparecieras. Igual que hizo tu padre.