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Aino Kallas

  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    También en Hiiumaa la raza de los lobos se había tornado demasiado audaz, pues el lobo, cuando el hambre le escarba las entrañas, es una bestia temeraria e intrépida, aunque, satisfecha la apetencia, tal vez sea su naturaleza igual de pérfida
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    Y esas criaturas de los bosques, cuyo origen es el Demonio (¿acaso no es el Demonio en persona el Archilupus o el Gran Lobo?) y que siempre han sido instrumentos de brujería, ya no se conformaban con habitar en las espesuras de Kõpu y Ristra, donde desde tiempos antiguos se hallaba su morada, sino que en manada formaban su guarida en la maraña de abetos de Kõrgessaare y en las islas cenagosas en el corazón de Hiiumaa. Allí las hembras alumbraban a sus cachorros y, cuando llegaba el otoño, los jóvenes lobeznos ya estaban crecidos para deambular con sus padres por la isla.
    Y así ellos y su raza se convirtieron en un duro azote para toda la isla de Hiiumaa, especialmente cuando, llevados por su voracidad, despedazaban más de lo que podían devorar, conforme manda su naturaleza lupina
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    Sucedió no mucho después que los lobos naturales se tornaron indecentes y en ningún lugar se podía estar a resguardo de su malicia, y los hijos de los hombres también comenzaban a correr cual lobos y a perpetrar actos de lobos, como si el Demonio maligno hubiera penetrado en ellos. Y aunque esta iniquidad de brujería alcanzaba ahora Hiiumaa, que es igual que Ultima Thule o un lugar olvidado de la mirada de Dios, hacía ya tiempo que había extendido su poder por los baluartes más firmes del cristianismo, como Alemania y Bohemia, al igual que por Hispania o Franconia
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    más de un hombre lobo fue quemado en la hoguera por brujería, para que su alma fuera ofrecida límpida al cielo, aunque su cuerpo fuera pasto de las llamas
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    La identificó Priidik como doncella por su cabello suelto y su cofia. Pero esta joven no tiraba de la oveja como las otras mujeres, ni maldecía irascible, ni increpaba, sino que trataba de apaciguar al animal con palabras compasivas y misericordiosas, hablándole apacible como se habla a un infante
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    cuando la oveja había sido lavada por arriba y por debajo, la doncella la soltó, y al instante vadeó el animal hasta secano, sacudiéndose el agua del pellejo igual que un perro bañado
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    Entonces, desde la protección que le brindaba la roca, Priidik el guardabosques distinguió con claridad las formas de esta joven doncella, pues su ropa húmeda no podía ocultarlas, y la expresión de aquel rostro entornado hacia él. Su cabello era rojo cobrizo como la hierba de la orilla en la que las mareas de la primavera imprimen una herrumbre encarnada, pero sus ojos eran obscuros como las cavidades de los pantanos, fascinantes y atrayentes a su fondo, y su superficie era inmóvil como agua de leganal
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    Pero en Priidik había penetrado una brisa, y se mantenía quieto en su sitio, incapaz de apartar la mirada.
    También la muchacha salió a la orilla, se apartó del resto y allí, pudorosa, dejó caer sobre la arena su húmeda falda y la camisa de lino, ignorante por completo de que la mirada de un desconocido contemplaba su inocencia con ojos ardientes.
    Y esto vio Priidik el guardabosques: que debajo de su pecho izquierdo, la doncella tenía una marca marrón, como el ala de una diminuta mariposa nocturna, que el pueblo llama letra de fuego o marca de bruja.
    La muchacha se puso una falda seca y con la ropa húmeda formó un fardo.
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    En verdad ha de poseer esta joven una naturaleza bondadosa, ya que se comporta con las ovejas de ese modo tan apacible y paciente, sin tirar de ellas o irritarse. ¿No habría, de igual modo, de alimentar bien y cuidar con ternura a su marido y a sus hijos (si el Señor con ellos la bendice), y de gobernar a sus jornaleros, el ganado y toda la hacienda, cariñosa y apacible, de manera que a su lado un hombre conociera una buena vida y reinara la paz?»
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    Y no pasó ni medio año antes de que esta doncella de la isla de Kassari llamada Aalo, que una mañana estival bañaba las ovejas en la playa, se convirtiera en la esposa de Priidik, el guardabosques de Suuremõisa, y de este modo Priidik sacó a su elegida de un rebaño de ovejas, igual que Jacob sacó a Raquel, hija de su tío Labán, de la tierra de Harán
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