La metáfora favorita que el Señor empleó para describir el liderazgo espiritual, que a menudo usó para describirse a sí mismo, fue la del pastor, la persona que atiende el rebaño de Dios. Todo líder de iglesia es un pastor. La palabra pastor en sí misma significa «cuidador de ovejas». Es una imagen apropiada. Un pastor dirige, alimenta, nutre, conforta, corrige, y protege, responsabilidades que pertenecen a todo hombre de iglesia.
Los pastores no tienen un alto rango. En la mayoría de las culturas, ocupan los rangos más bajos en la escala social. Eso se ajusta a lo que nuestro Señor dijo: «sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige como el que sirve» (Lc 22.26).