Oh, oh, Dios mío, aquel rostro semihumano… aquel rostro semihumano!… aquel rostro de ojos rojos y albino pelo ensortijado, y sin mentón, igual que los Whateley… Era un pulpo, un ciempiés, una especie de araña, pero tenía una cara de forma semihumana encima de todo, y se parecía al brujo Whateley, sólo que medía yardas y yardas