Llevo viviendo aquí en China durante más de treinta años. Mis hijos y nietos nacieron aquí, y aquí soy feliz y tengo éxito. Los chinos siempre me han tratado bien, incluso durante la guerra. Si hubiera pasado treinta años en Japón y los japoneses me hubieran tratado así de bien, puede usted estar seguro de que, en una situación de emergencia como la que China vive hoy, no abandonaría a la gente de Japón».