Gutierre Tibón

Citas

J Perezcompartió una citahace 2 años
El mito de la divina pareja lunar-solar y el de Afrodito nos aclaran un hecho por obvio no menos revelador: la bisexualidad del ombligo. Por ser andrógino, se funden en él los dos sexos y vuelven a adquirir en el centro del cuerpo su platónica unidad originaria. Es el sello que marca nuestro nacimiento, igual en los varones que en las hembras, y es el estigma de nuestra vida prenatal. Es allí por donde nos llegó nuestro alimento antes de nacer. Es la puerta del misterio de nuestro nacimiento que se cierra cuando llegamos al mundo.
Durante toda nuestra existencia exhibimos la cicatriz de la herida que sufrimos cuando la luz nos arrancó para siempre de la quietud del claustro materno; pero también gozamos de la luz, y vemos en el ombligo el símbolo de la alegría de haber nacido. Así parece explicarse la vaga sonrisa que suscita, sólo al pronunciarla, la palabra ombligo.
Desde luego el ombligo cambia de esencia, de carácter, cuando pertenece al bello sexo. Como lo probamos en las páginas precedentes, es parte del atractivo del cuerpo femenino, imprescindible ornamento del vientre. Así como las areolas masculinas son neutras, meras decoraciones del pecho, sin más trascendencia, también lo es el ombligo viril. La mítica ambivalencia del ombligo converge en el ámbito puramente femenino; es un llamado erótico más.

Nota

J Perezcompartió una citahace 2 años
IDENTIDAD DE OMBLIGO Y MATRIZ
La creencia infantil del ombligo como orificio del cual salen los niños obedece a un simbolismo arquetípico: el de la identidad de ombligo y matriz como centro de la vida. Este simbolismo engloba inconscientemente el de la naturaleza femenina de la tierra, madre por antonomasia.6 Pare, cada amanecer, el Sol; pare la Luna y las estrellas; pare las plantas y los alimentos; es madre de todo. El ombligo, centro desde el cual ha sido nutrido el ser humano en su existencia prenatal, se equipara con la matriz, no sólo de la mujer, sino, antropocósmicamente, del universo.
Lo femenino que alimenta se traduce esencialmente en los pechos: en la cerámica antigua hay mil vasos que los representan. Con todo, los jarros que tiran a la forma redonda son representación del vientre materno; a menudo llevan en el centro un círculo en que coinciden el ombligo y el sexo femenino.
Así se explica la convergencia de los términos que denominan ombligo y útero en varias partes del mundo: como el nábhila sánscrito, hoyuelo umbilical, pero también región pudenda;7 Cuzco, ombligo, que en quechua actual equivale a vagina;8 cierta sorprendente metáfora zapoteca;9 el pito pascuense, ombligo y útero;10 y sobre todo el nombre de Delfos, el centro umbilical por excelencia en el mundo clásico, que significa útero.11

Nota

J Perezcompartió una citahace 2 años
Según san Hipólito de Roma (siglo III) la forma de cielo y tierra, tal como la concebían los herejes setianos,14 se parecía a un útero (metra) con el ombligo en el centro.

SUPERSIC

Opiniones

Julio cesar perez ruizcompartió su opiniónhace 2 años
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  • Gutierre Tibón
    El ombligo como centro cósmico
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