Gaviota es una obra a medio camino entre el romanticismo y el realismo del siglo XIX. Es al mismo tiempo una novela de costumbres, una novela regional y, en cierto sentido, de tesis.
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trata de presentar de forma realista conductas humanas enmarcadas en un determinado contexto histórico y social.
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Con esta opera prima, su autora, que firmó con un seudónimo masculino para ver publicada su obra, pretendió elaborar la primera novela «moderna» de la literatura española, incorporando un novedoso realismo y una vocación narrativa inusual.
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nos hemos propuesto componer una novela, sino dar una idea exacta, verdadera y genuina de España, y especialmente del estado actual de su sociedad, del modo de opinar de sus habitantes, de su índole, aficiones y costumbres.
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Parece a primera vista que esa predilección del público a las novelas extranjeras es una manía inspirada por la moda, que tantas extravagancias inspira, un capricho irracional, como tantos otros de que solemos ser necios esclavos, por tener el gusto de parecer hoy ingleses y mañana franceses;
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Dirigióle la palabra en inglés, en francés y en español, y no recibió otra respuesta sino un saludo hecho con poca gracia, y esta frase repetida: ich verstche nicht (no entiendo)
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—¿Con que no viajáis por placer?
—Ese placer es para los ricos, y yo soy pobre.
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—No conozco a nadie en España.
—Pues entonces, ¿qué tenéis?
—Mi ciencia, mi buena voluntad, mi juventud y mi confianza en Dios.
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Su manutención era una carga para su familia;
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sía y se retiró.
—El Gil Blas tiene razón —dijo el francés—. En España no hay cosa más común que apellidos gloriosos: es verdad que en París mi zapatero se llamaba Martel, mi sastre Roland y mi lavandera madame Bayard. En Escocia hay más Estuardos que piedras. ¡Hemos quedado frescos!
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