Iván Turguenev

  • Eliana Sotomayorcompartió una citahace 2 años
    Hasta aquel día, jamás me había acostado sin haber deseado las buenas noches a mamá y haberle pedido su bendición. Pero aquella noche, evidentemente, era demasiado tarde para ello
  • Alvarez Villegas Joselyncompartió una citael año pasado
    Mi sangre se agitaba, y mi corazón se lamentaba con dulce alegría; esperaba algo, y me sentía atemorizado sin saber por qué, siempre intrigado y dispuesto a todo, sin embargo.
  • Alvarez Villegas Joselyncompartió una citael año pasado
    Me sentía soñador, melancólico, y a veces llegaba hasta a derramar lágrimas. Pero a través de todo aquello, brotaba, como la hierba en primavera, una vida joven e hirviente
  • Alvarez Villegas Joselyncompartió una citael año pasado
    Sentimientos tímidos, dulce melodía, sinceridad y bondad de un alma que se enamora, alegría lánguida de las primeras ternuras del amor, ¿qué se ha hecho de vosotros?
  • Alvarez Villegas Joselyncompartió una citael año pasado
    Yo le quería, le admiraba, le consideraba como mi
  • Alvarez Villegas Joselyncompartió una citael año pasado
    Yo le quería, le admiraba, le consideraba como mi ideal y le hubiese amado apasionadamente si él no me hubiese rechazado constantemente. Pero cuando quería, era capaz de inspirarme una confianza sin límites, con una sola palabra, con un solo ademán; mi alma se abría a él como a un amigo lleno de sentido común y a un preceptor indulgente... Y después, súbitamente, su mano me rechazaba, sin brusquedad, es cierto, pero, aun así, me rechazaba
  • Alvarez Villegas Joselyncompartió una citael año pasado
    Mariposas blancas revoloteaban perezosamente entre las ortigas polvorientas, cerca de mí; un gorrión alegre se posaba sobre un ladrillo decrépito, piaba con voz irritada, daba saltitos sin moverse de sitio y extendía la cola: desconfiados todavía, los cuervos graznaban en la cima de un abedul sin hojas; el sol y el viento jugueteaban entre sus escasas ramas; melancólica y serena la campana del monasterio Donskoy sonaba a lo lejos. Y yo seguía allí, mirando, escuchando, llenándome de un sentimiento inefable, hecho a la vez de dolor y de alegría, de deseos y de presentimientos, de oleadas de aprensión... Nada comprendía, y no hubiese podido designar con un nombre preciso lo que vibraba en mí... O mejor, sí, sólo con un nombre hubiese podido llamarlo: el de Zinaida.
  • Pam Rangelcompartió una citahace 7 meses
    el miedo me hizo piar como un pajarillo al que han atrapado con brusquedad
  • Pam Rangelcompartió una citahace 7 meses
    Yo secaba con mi pañuelo esas lágrimas y ellas volvían a derramarse, sin esfuerzo, como el agua de un vaso lleno
  • Pam Rangelcompartió una citahace 7 meses
    En mi cabeza no había ni un solo pensamiento; estaba entumecido por completo, pero sentía que me estaba ocurriendo algo terrible…
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)