Margery Lawrence

  • Dianela Villicaña Denacompartió una citaanteayer
    Acompañó a Midge hasta el coche y logró arrancarlo con la palanca. Midge le dio las gracias con voz inexpresiva. Se vio incapaz de mirarla a los ojos. Aquello, por entonces, era adulterio. Era pecado. Saldría en la segunda página de un periódico dominical: «Marido intima con joven granjera en un cobertizo. Su mujer fue testigo». Las manos le temblaban cuando volvió a la casa, y tuvo que servirse una copa. Nunca llegaron a hablar de aquello.
  • Seforacompartió una citaayer
    De modo que vivían en mundos distintos, sus mentes nunca se encontraban. ¿Siempre había sido así? No lo recordaba.
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)