La retórica enseña tres objetivos básicos de la persuasión. Van desde lo fácil hasta lo difícil.
1. Cambia el estado de ánimo
Este es el objetivo más fácil de alcanzar. Si tu oponente está un poco malhumorado, entonces una canción favorita, una copa de vino o una dosis generosa de menta gatuna resultarán eficaces a menudo.