Émile Gaboriau fue un novelista, periodista y pionero de la novela policíaca francesa. Nacido en 1832 en Saujon, Charente-Maritime, Gaboriau es conocido sobre todo por haber creado el personaje de Monsieur Lecoq, un detective que aparece en varias de sus novelas. Sus obras más famosas son L'Affaire Lerouge (1866) y Le Crime d'Orcival (1867).
Émile Gaboriau creció en el seno de una familia modesta, hijo de un funcionario, Charles Gabriel Gaboriau, y de su esposa, Marguerite Stéphanie. Al principio se dedicó a la abogacía, pero más tarde se orientó hacia el periodismo y la literatura.
Al principio de su carrera, trabajó como secretario para el novelista Paul Féval, quien le introdujo en el mundo de la ficción. «Fue durante esos años cuando vi por primera vez el potencial de las historias que desconcertaban a la mente», dijo Gaboriau en una entrevista. Publicó algunas novelas antes de encontrar su lugar en el género policíaco con L'Affaire Lerouge (1866).
L'Affaire Lerouge se considera la primera novela policíaca francesa y consagró la reputación de Gaboriau. La novela presenta a Monsieur Lecoq, un policía inspirado en el criminal de la vida real Eugène François Vidocq, que se había convertido en detective. El personaje de Lecoq se convirtió en el centro de tres de las novelas posteriores de Gaboriau y afianzó su condición de pionero de la ficción detectivesca. Su mezcla de escenas retrospectivas e investigación forense influyó en futuros escritores, entre ellos Arthur Conan Doyle.
Tras el éxito de L'Affaire Lerouge, Gaboriau siguió produciendo obras de gran difusión. Su novela de 1867, Le Crime d'Orcival, amplió los métodos de investigación de Lecoq. La trama gira en torno al asesinato de una condesa y el consiguiente misterio. Lecoq utiliza pruebas forenses y el razonamiento deductivo para resolver el caso. La intrincada trama de Gaboriau y la confianza de su detective en la ciencia y la lógica, más que en los medios tradicionales de interrogatorio, marcaron un cambio en la novela negra de la época.
Aunque su fama disminuyó con el auge de Sherlock Holmes, la influencia de Gaboriau en el género sigue siendo innegable. Como dijo en una de sus últimas entrevistas: «El misterio, la emoción de descifrar las pistas, eso es lo que atrae a los lectores».
Émile Gaboriau murió el 28 de septiembre de 1873, a los 40 años, en París.