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Saki

  • Montserrat Montes de Ocacompartió una citahace 2 años
    Y me aburría el día entero de ser tan feliz.
  • Yalid Vargascompartió una citaanteayer
    Esto es lo que me contó mi gato una tarde de invierno, al amor de las brasas.
    I
  • Yalid Vargascompartió una citaanteayer
    Siempre que le fallaba la suerte o se sentía desanimado, le daba por lamentarse de la pérdida de un gato maravilloso que había tenido (porque a falta de mujeres e hijos, los hombres de buen corazón se encariñan con las mascotas, pues necesitan algo que amar).
  • Yalid Vargascompartió una citaanteayer
    Pero el más salvaje de todos los animales era el Gato, que andaba solo y lo mismo le daba un lugar que otro
  • Yalid Vargascompartió una citaanteayer
    desde entonces hasta hoy, mi buen amado, tres Hombres de cada cinco han tirado cosas a los Gatos cada vez que los ven, y todos los Perros los han perseguido hasta hacerlos trepar a un árbo
  • R Güemescompartió una citael mes pasado
    Con una suerte de pudor, Saki da un tono de trivialidad a relatos cuya íntima trama es amarga y cruel. Esa delicadeza, esa levedad, esa ausencia de énfasis puede recordar las deliciosas comedias de Wilde»
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citael año pasado
    ¿Y pretende decirnos —preguntó la señora Resker tras una breve pausa— que ha enseñado a Tobermory a decir y comprender frases sencillas de una sílaba?
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citael año pasado
    gatos, esas fantásticas criaturas que se han adaptado tan maravillosamente a nuestra civilización, sin perder ni un ápice de sus instintos salvajes altamente desarrollados
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citael año pasado
    De vez en cuando uno encuentra entre los gatos un intelecto superior y excepcional, igual que ocurre entre los humanos, y cuando hace una semana di con Tobermory comprendí al instante que estaba ante un supergato con una inteligencia fuera de lo común
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citael año pasado
    Su apariencia tampoco sugería el tipo de hombre al que las mujeres están deseando perdonar una generosa dosis de deficiencia mental. Se había quedado reducido a un mero «señor Appin
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