Existen incluso palabras que en apariencia significan lo mismo en todas las lenguas, pero que la gente pronuncia en cada una con otro sentimiento y otra asociación de ideas. A mi juicio, el acontecimiento más grave y quizá no del todo valorado de nuestro siglo XX es que el lenguaje se contagió de las ideologías y se convirtió en algo sumamente peligroso.