Alicia Cotarelo Seijas

No era a los capitalistas a quienes los obreros debían combatir, sostenían aquellos, sino las duras circunstancias de la humanidad, y se trataba de ver cuándo se darían cuenta de este hecho y se harían a la idea de que debían soportar lo que no podían remediar.

La historia humana, como todos los grandes movimientos, era cíclica, y volvía al punto inicial.

Creo de veras que bajo circunstancias que podrían tacharse de antinaturales, en el sentido de extraordinarias, la gente se comporta de la forma más natural posible, debido a que dichas circunstancias, sin duda, hacen desaparecer lo artificial.

Todo lo que tuvo que hacer la sociedad fue reconocer esa evolución y adaptarse a ella cuando su tendencia ya era inequívoca.

lo natural era pensar que la esperanza se habría impuesto al miedo en las mentes del pueblo.

ningún asunto afecta tanto al interés público como la industria y el comercio, de los cuales depende el sustento de la gente,

son las condiciones de vida las que han cambiado, y con ellas los motivos de las acciones humanas.

No hay palabras para el suplicio mental que soporté durante esta búsqueda a tientas de mí mismo, impotente y ciego en un vacío infinito.

la gente mantenía a menudo edificaciones y hacía otras cosas que no podían permitirse como ostentación y para que les creyeran más ricos de lo que eran. ¿De veras era así, Sr. West?

Lo sorprendente no es que no vivieran ustedes más cómodamente, sino que fueran capaces de vivir en absoluto, ustedes que intentaban abiertamente hacer de los demás sus sirvientes y apoderarse de sus posesiones.