Sí, mi paje y mi liberto, deberías recordar el día en que naciste y recogí en una sábana tu pedazo de carne sucia de sangre y excrementos, y rodeándote con ella, te lavé, te mostré delante de todo el mundo y te escogí el nombre. ¡Y así me pagaste, negro alzado! diciendo que las tierras eran tuyas. ¿Tuyas de qué y de cuándo? No tienes