Rebeca Cardeñoso

  • Montserrat Montes de Ocacompartió una citahace 2 años
    La muerte era extrañamente parecida a la vida.
  • Montserrat Montes de Ocacompartió una citahace 2 años
    En el infierno, como en todas partes, el ser humano era su propio peor enemigo.
  • Montserrat Montes de Ocacompartió una citahace 2 años
    El renacimiento entrañaba la verdadera muerte, la pérdida de la memoria y de la conciencia de uno mismo.
  • Montserrat Montes de Ocacompartió una citahace 2 años
    Eso era lo que Siew Tsin odiaba de los hombres, pensó de repente, para su propia sorpresa. Nunca antes había caído en la cuenta de que los odiaba, pero lo hacía, y ese era uno de los motivos: esa demanda constante de simpatía e interés que requerían de cualquier mujer en las inmediaciones.
  • Montserrat Montes de Ocacompartió una citahace 2 años
    —Estás sangrando —le dijo a Yonghua.

    Esta le lanzó su típica mirada hermética, pero Siew Tsin percibió el reproche. Estaba siendo demasiado obvia.
  • Montserrat Montes de Ocacompartió una citahace 2 años
    El hombre que triunfa es el que no permite que ni los demonios ni los iluminados lo intimiden.

    «Pero el egoísta ve con claridad», pensó Siew Tsin.
  • Montserrat Montes de Ocacompartió una citahace 2 años
    ¿qué podrías hacer con algo que se asemejara a un cuerpo humano? Más fuerte que un humano, más hermoso y, lo más importante de todo, inmortal. Inmune tanto a la enfermedad como al asedio de los demonios. Algo así, a diferencia de los cuerpos de todas las criaturas de la naturaleza, no estaba sujeto a los designios de la rueda de la vida. El renacimiento no le afectaba.
  • Montserrat Montes de Ocacompartió una citahace 2 años
    —No. ¿Pero por egoísmo? —replicó Ling’en—. Querida hermanita, ¿quién no movería cielo y tierra por eso?
  • Montserrat Montes de Ocacompartió una citahace 2 años
    Cuando un espíritu está listo para pasar a la próxima vida, hay una manera de aferrarse a las cosas que su antiguo yo valoraba. Solo se puede elegir una cosa, la más preciada. La única persona de entre todas las del universo, vivas o muertas, a la que no se desea renunciar cuando es necesario dejar atrás todo lo demás.

    El espíritu y su elegido atan sus tobillos con hilo rojo. Puede que se cojan de las manos y se sonrían. Cuando crucen el puente hacia el mundo de los vivos, sabrán que no será la última vez que se vean. El hilo rojo es mejor que una promesa; es una garantía. Significa que se encontrarán de nuevo en la próxima vida. Significa que se amarán allí también.
  • Montserrat Montes de Ocacompartió una citahace 2 años
    Habían llegado muy lejos, y se conocían a sí mismos mejor que cualquier persona viva podía llegar a conocerse.
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