Para Aristóteles es el tercer tipo de amistad el que realmente debemos buscar: la amistad de lo bueno, en donde dos personas comparten la misma apreciación de lo que es virtuoso, sin que haya mayor provecho que disfrutar la compañía y las ideas del otro. Se basa en la bondad y el amor al otro: es un vínculo distinto del que mantenemos con nuestra pareja y que es incluso más profundo, porque podemos tener muchos amigos pero pocas amistades en este tercer sentido. Son los que están con nosotros en todo momento, más allá de qué puedan usar de nosotros o cuánto placer les demos. Son relaciones profundas e íntimas, que no necesitan un contacto diario pero que cuando pasa mucho tiempo sin vernos no hay reproches ni rencores, sino las genuinas ganas de vernos y compartir con ellos un momento. Es una relación en la que no falta el placer de compartir un recital o una película ni de, por supuesto, ir a tomar una birra juntos