Los novios

«¿Quieres tener mucha gente en tu ayuda? No necesites ninguna».

proponen o promueven los más despiadados consejos, soplan en el fuego cada vez que comienza a languidecer; nunca es demasiado para ellos: no querrían que el tumulto tuviese ni fin ni mesura. Pero hay también siempre, como contrapeso, cierto número de hombres que, con igual ardor e insistencia, se empeñan por producir el efecto contrario; algunos movidos por amistad o parcialidad hacia las personas amenazadas, otros sin más impulso que un pío y espontáneo horror de la sangre y las atrocidades

En los tumultos populares hay siempre cierto número de hombres que, o por excitación de las pasiones, o por persuasión fanática, o por un designio malvado, o por un maldito gusto del desorden, hacen de todo para impulsar las cosas a peor