El Sabbat del séptimo día es motivo para una fuerte contención y excomunión dentro de los círculos religiosos. Para muchos, el Sabbat del séptimo día es una característica irrevocable para todo el pueblo de Dios en todo momento. Hay, por lo contrario, pruebas contundentes y convincentes de que el Sabbat del séptimo día proporciona un marco fosilizado de una historia rica y verificable del poder, las gracias y las misericordias de Dios hacia los israelitas. Sin embargo, estos israelitas, cuyo progenitor es Jacob, están en marcado contraste con los grupos de otras personas y particularmente con la Iglesia de Cristo. Si bien se presentan muchos argumentos para la unidad de la Iglesia judía-Jesús, estos argumentos se compensan con evidencias claramente convincentes de una distinción entre los judíos y la Iglesia de Jesús. Además, el Sabbat del séptimo día prefiguraba un descanso perpetuo, en el cual todos por la fe en Cristo entran. Como una sombra, el Sabbat del séptimo día retrocede en el olvido en la altura de la luz del Hijo. Considere las proposiciones de este libro.
