Después de cuatro meses de haber recorrido países como Alemania, India, China y Singapur, la autora siente que puede reencontrarse con una serie de personajes a los que hay que “vivir con otros ojos”. Después de doce años de haber andado por el mundo, Ramírez siente que lo aprendido va a ser algo que lo llevará por siempre a lo largo de su vida. Para ella este libro es una extensión de esa experiencia mágica que gracias a sus memorias nunca terminará.