Libros
Abraham Guerrero Tenorio

Toda la violencia

El poemario, Premio Adonáis 2020, en su 74.ª convocatoria, desarrolla como orientación clave lo que el sociólogo pacifista Johan Galtung ?una referencia suya abre el libro? llamó violencia invisible, es decir, no física. Dividido en cinco apartados, el autor elabora cada uno partiendo de una cita, que le sirve de arranque para hablar de la familia, el amor, la muerte, la escritura y el capitalismo; por ese orden. El resultado no deja de ser el fruto de un profundo análisis sobre su propia generación, marcada por el desconcierto, la falta de ilusiones, el desencanto y la pérdida de sentido. En un registro literario en el que predomina el lenguaje directo, existencial, rico en matices coloquiales, entrelazado alguna que otra vez con menciones cultas (Caravaggio o Borges), se sucede lo que el jurado denominó «admirable equilibrio entre el compromiso social, la poesía arraigada y el lirismo íntimo; entre los problemas de este tiempo y la literatura de siempre; entre la delicadeza de su mirada, la potencia de su voz y las aristas de la realidad».

De ágil y cautivadora lectura, “Toda la violencia” supone, a la vez que un ejercicio de lucidez a partir de algunas anécdotas de la vida del autor, una manera de entender la poesía donde se prioriza el mensaje, sin que por ello pierdan los versos su contenida belleza y emoción.
20 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2021
Año de publicación
2021
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Citas

  • Zel Cabreracompartió una citahace 3 años
    se miran las uñas y se preguntan
    qué hacer con tanta tarde entre las manos.
    CECEO
    NACIMOS en la cal y vimos
    cómo se convirtieron nuestros pueblos
    en baratos destinos de agencias de viajes,
    apacibles lugares donde oxigenar
    los pies enfermos de días nublados,
    edén para el turista
    que se hace con las casas
    que construyeron nuestros padres,
    que se come el marisco
    que pescaron nuestros abuelos,
    que se calienta al sol de las terrazas
    y da buenas propinas mientras ríe
    cuando oye nuestra zeta.
    Qué graciosos, nos dice, qué graciosos.
    Ahora, nos mudamos a las capitales
    con la provincia en la maleta
    y una licenciatura bajo el brazo,
    porque en el pueblo ya fuimos, ya todo,
    ya no.
    Encontramos trabajos con recelo al acento,
    comemos en McDonald’s,
    y si alguien nos escucha hablar
    se burla de nuestra zeta.
    Qué graciosos, repiten, qué graciosos.
    También vamos al cine,
    vemos películas americanas
    donde el sureño esclavo, analfabeto y hambriento,
    tiene un acento en el doblaje
    idéntico al de aquellos que en España
    nacimos en la cal.
    Más tarde volvemos a casa, donde
    nos espera una cena fría y rápida.
    Mientras comemos,
    una criada que cecea
    friega los platos y provoca risas
    a los muchachos
    de una serie de la televisión.
    B2
    Los padres también son más conscientes de la importancia que tienen los idiomas para el futuro de sus hijos.
    EL PAÍS
    APRENDE una segunda lengua, nos insistieron,
    y pedimos a nuestros padres un esfuerzo más.
    Ellos lo comprendían, y alargaban la mano
    con billetes rugosos y una sonrisa presa
    de hasta cuándo las clases, hasta cuándo el dinero,
    hasta cuándo crecer.
    Viajamos a Dublín, Londres, Toronto, Malta…
    con sustanciosas becas que el gobierno ofrecía
    a la futura clase media,
    y pusimos en marcha los primeros
    how are you?, my name is, nice to meet you.
    Bebimos negra la cerveza,
    comimos fish and chips,
    cogimos autobuses de dos plantas
    e hicimos el amor por vez primera
    en dormitorios donde no importaba el idioma.
    Después llegó la crisis del ladrillo
    y nos pidieron nuestros padres
    devolver el esfuerzo.
    Emigramos a Londres, Berlín, Hamburgo, Zúrich…
    fregamos vasos de cerveza negra,
    recogimos bandejas de comida basura,
    nos montamos en trenes sucios
    e hicimos el amor como último remedio.
    Y comprendimos, además,
    que una segunda lengua es un exilio
    irremediable
    hacia el silencio.
    EMPRENDER
    Hubo unas encuestas en unas universidades (creo que fue en Andalucía), y el 75 % de los universitarios querían ser funcionarios. Esa misma encuesta se había hecho en Estados Unidos, y el 75% querían ser emprendedores, dueños de sus propias vidas. No querían estar en una oficina con un jefe por arriba. Querían tener una idea, agarrar a unos cuantos amigos, desarrollarla y pelearse por ella, y así surgen los facebooks, los googles y los macs. Con un 75% de gente que quiere ser funcionaria no se hace país.
    ANTONIO BANDERAS
    ...en el lavabo llora un funcionario.
    ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
    LOS ricos,
    los creadores del país,
    aquellos que llenaron
    nuestra mirada y nuestra piel
    de falsos sueños
    y metas alcanzables,
    ahora nos sueltan los lobos
    de una palabra: emprender,
    que no es verbo sino colmillo,
    que no es vocablo sino herida.
    Ellos no han conocido lo precario,
    el frío del invierno filtrándose en las botas,
    la bandeja y su peso encima de los dedos,
    la nieve hasta las rodillas en la parada del bus.
    Es por esto que el joven
    de su país
    se agarra de la rama de unas oposiciones
    para no ahogarse en una ciudad
    en la que los abrazos quedan bastante lejos,
    y así prefiere
    el trabajo alienado tras el metacrilato,
    la histeria de las voces en un aula,
    la parálisis crónica de una oficina,
    porque tan solamente sobreviven
    en su país
    los funcionarios que, convalecientes,
    lloran en el lavabo.
    PREDICTOR
    Los jóvenes no tienen hijos.
    PAPA FRANCISCO en el programa Salvados.
    EL predictor encima del lavabo
    como una rosa blanca.
    Mirados desde el suelo,
    conforman un altar sobre el que derramamos
    la angustia de nuestra plegaria:
    «¿Cómo hacemos, Señor,
    para criar a nuestro primer hijo
    en este mundo donde nos inundan
    las plagas de un contrato temporal,
    donde buscamos el fruto bendito
    dentro del vientre del microondas,
    donde el hogar es cláusula de un alquiler utópico
    y la jornada de trabajo es larga
    igual que tus cuarenta días en el desierto?
    Dinos, Señor, señálanos
    qué nos aguarda tras este minuto de rezo:
    ¿serán dos rayas para hostigar al futuro
    o una para llorarnos sobre el pecho del hijo
    que no tuvimos?».
    OFRENDA
    LOS padres de nuestros padres ofrecieron a sus hijos
    el olor de las iglesias, las incontables ventajas
    de la familia nuclear:
    el coche a cómodos plazos, reformar la antigua casa,
    dinero para el bautizo del niño.
    Los envolvían entre los sedosos ropajes
    de la futura clase media.
    Nuestros padres nos ofrecieron
    las incontables ventajas de ser la clase media:
    la universidad a cómodos plazos,
    un coche de segunda mano,
    dinero para el alquiler.
    Nosotros,
    estirpe de padres sin hijos,
    ofrecemos nuestras manos vacías.
  • Josué Osbournecompartió una citahace 3 años
    escribir es mirar el derrumbe de la mentira

    fijamente a los ojos,

    y tirar de las sábanas
  • Josué Osbournecompartió una citahace 3 años
    Esto que digo, amor,

    es toda la violencia

    que necesito.

    AVE RAPAZ

    CUANDO llega la tarde

    y tu cuerpo cansado

    se derrumba en la cama

    como un animal indefenso

    en el centro de un páramo,

    me gustaría ser

    un ave rapaz que desciende

    hasta su presa,

    y abrir mis alas imperiosas

En las estanterías

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