En todas las épocas y en cada gran crisis humana, y siempre en las horas de necesidad, en la creación de una nueva raza o en el despertar de una humanidad preparada para recibir una nueva y más amplia misión, el Corazón de Dios impulsado por la Ley de Compasión envía un Instructor, un Salvador del mundo, un Iluminador, un Avatar, un Intermediario Transmisor, un Cristo