Sin duda, sus superiores le aconsejaron que pidiera ser trasladado fuera de Atenas para que no lo interrogáramos. Pero como nuestra investigación prosiguió, la secta decidió sacrificarlo igualmente, con el fin de desviar nuestra atención hacia Menecmo… Aún recuerdo su mirada, desnudo en la despensa, la otra noche… ¡Cómo me engañó ese maldito muchacho!… En cuanto a Eumarco, no creo que fuera de ellos: quizá presenció la muerte de Antiso y, al querer impedirlo, fue asesinado también.