Pocos saben que esta exitosa autora inglesa y afincada en los EE.UU. fue, antes de ser la autora de Tierra sagrada, ayudante de quirófano. En esta obra sobre las dificultades de una mujer, a finales del siglo XIX, para realizarse en su vocación de curar enfermos, encierra también una interesante historia de la ciencia médica.