La montaña eres tú

Los principios no son gratificantes de inmediato.

No hacen que nos sintamos mejor enseguida.

Solo cuando estamos dispuestos a aceptar la oscuridad, podemos encontrar la luz.

cuando dejamos de oponer resistencia a sentirnos tristes y simplemente nos permitimos estarlo, nos damos cuenta de que nada durará para siempre.

de «vivir el momento» a una de «vivir tu legado».

Este eres tú contra ti mismo, tú conociéndote, tú viéndote por primera vez.

El final es para ti. El crecimiento es para ti. Este cambio es tuyo. Este eres tú contra ti mismo, tú conociéndote, tú viéndote por primera vez. Esto se trata de que te vuelvas la persona que sabes que puedes ser. De que estés, por fin, al nivel de tu propio potencial.

que más priorizas es la calidad de tu única y corta vida.

Cuando sanas, ganas fuerza en donde antes te sentías destruido. Ganas sensatez en donde fuiste egoísta. Ganas responsabilidad en donde fuiste negligente. Te vuelves más sensible, capaz y consciente. Te vuelves más considerado; eres más empático y reflexivo, más cuidadoso.

Sanar no consiste en volver a ser exactamente quien eras antes, porque esa persona aún no era capaz de predecir la tormenta antes de que cayera ni sabía cómo protegerse de ella.

Sanar no es para nada lo que nos hace sentir mejor más rápido. Es construir la vida adecuada, lentamente y con el tiempo. Es rendir cuentas con nosotros mismos, admitiéndonos en qué hemos fallado.