Caleb se había ensañado hasta tal punto que tan solo unos tendones seguían uniendo a la desdichada a la cruz. La anciana religiosa no solo había sido crucificada y profanada, sino también torturada hasta la muerte.
Montserrat Montes de Ocacompartió una citael año pasado
Y el monstruo, al hacerse mayor, mata a los reflejos de sus frustraciones: rubias, prostitutas, maestras jubiladas, adolescentes o bebés. Asesinos que matan a su propio reflejo: los asesinos en serie son rompedores de espejos.
Montserrat Montes de Ocacompartió una citael año pasado
Si semejante desgracia ocurriera, mil años de tinieblas se abatirían sobre el mundo. Océanos de lágrimas.