¿Qué significa al fin y al cabo la mezquina cuestión de la paternidad? Si te paras a pensar, ¿qué importa que un niño sea de tu misma sangre o no? TODOS los niños de nuestro tiempo son colectivamente hijos nuestros, de los adultos de este mismo tiempo; así que tienen derecho a que los cuidemos en general. Ese amor exagerado de los padres para con sus propios hijos y ese desprecio por los de los demás, así como el espíritu de clase, el patriotismo, el Antonpirulerismo y demás virtudes, no son en el fondo más que egoísmo ruin».