El dióxido de cloro es una sustancia que divide las aguas. Hay miles de personas a lo largo del mundo que aseguran haberse curado, o haber curado a sus hijos de las más diversas afecciones; desde la malaria hasta el autismo. En la vereda de enfrente, los detractores aseguran que, además de no ser eficaz como cura, se trata de una sustancia peligrosa que puede incluso causar la muerte. ¿Cuál es la base científica de unos y otros? Descúbrelo a través de este libro.