YO HARÉ VENIR SANIDAD PARA TI Y SANARÉ TUS heridas. Yo estoy contigo, dentro de ti y alrededor de ti, obrando continuamente en tu vida. Cuando tu conciencia se ensombrece, mi presencia continúa brillando fuertemente sobre ti. Esa luz tiene un inmenso poder sanador. Atrévete a pedirme grandes cosas, recordando quién yo soy. Yo puedo hacer más abundantemente de lo que pides o esperas. Al reflexionar en mi habilidad ilimitada para ayudarte, fortalecerás tu fe y esta te alentará a orar audazmente.
Orar en mi nombre —con perseverancia— puede lograr grandes cosas. Aprende de la parábola de la viuda persistente, que se negó a rendirse. Ella continuó llevando su petición a un juez que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Finalmente, su persistencia lo agotó y le dio lo que ella buscaba. ¡Cuánto más yo les responderé a mis hijos que claman a mí día y noche! Aunque posiblemente tengas que esperar un largo tiempo, no te rindas. Porque todo el que pide y continúa pidiendo, recibe; el que busca y continúa buscando, encuentra.