Domina el arte del storytelling

La eficacia del storytelling en relación con otras técnicas de comunicación reside en su dimensión emocional y en su credibilidad.

Ubica las emociones en el centro de tu storytelling, sin descuidar por completo la razón.

El storytelling no cuenta tu historia, sino más bien una historia a tu servicio. Constituye, por tanto, una herramienta. Esta es LA regla de oro que tienes que respetar pase lo que pase.

¿Apetece contarle tu storytelling a otras personas? Si es el caso, entonces es eficaz.

¿Tu storytelling es claro? ¿No solo para los destinatarios, sino también para ti? Si el público meta de tu relato debe apropiarse del mismo, es fundamental que antes tú te hayas apropiado de él.

Además de esta célebre fórmula, podemos empezar el relato con «Imagine…», «Recuerdo…», «Un día…», «Siempre he…», «Quién no ha…», etc.

un inicio atrayente. La manera de comenzar una historia, al igual que la forma de terminarla, es determinante para que el storytelling sea eficaz.

Una buena manera de crear un relato original e impactante consiste en dejar que el personaje se defina a sí mismo y definir la orientación de la historia mediante las decisiones que toma y las acciones que lleva a cabo.

Según él, en nuestras sociedades modernas la comunicación clásica ha llegado a su límite, lo que explica la total indiferencia que muestra el público hacia la mayor parte de los mensajes que ve y que recibe cada día.

La respuesta es sencilla: las historias despiertan emociones, con las que nos sentimos identificados con mucha más facilidad.