La evidencia empírica reunida a lo largo de los estudios que se presentan en este libro confirma la existencia objetiva de mejoras innegables en materia económica y social con respecto al colapso 2001 — 2002. Ahora bien, este balance no es tan claro cuando se compara esta última década con algunos buenos momentos del periodo previo a la radicalización de las formas estructurales y el inicio del programa de convertibilidad.
Sin duda, la “década” reciente ofrece diferentes lecturas que dependen del momento con el que se haga la comparación. Pero las controversias se disuelven cuando el análisis se vuelca sobre los comportamientos más estructurales del sistema productivo, el mercado de trabajo y la estratificación social. En tal sentido, la principal preocupación de los artículos que ofrece la obra no es describir la evolución de los indicadores tradicionales de bienestar sino hacer una evaluación de las estructuras, los procesos y los mecanismos socioeconómicos subyacentes a dichos resultados.