Noticias de Berlín

«de manera tan atroz que a toda costa hemos de poner punto final al pasado. Lo que hemos vivido nunca se ha de repetir».

Quizás esto sea también posmodernismo: hacer historia y saber a ciencia cierta que esa misma semana irá a parar a un museo, y luego ir uno mismo a verlo

Por encima de la fealdad flota un extraño esplendor.

«¡Queremos nuestra democracia y no vuestra mierda!»,

Nada ya es normal hoy día

De modo que aquí es donde viven, pienso sin pensar demasiado, pero así es, aquí viven, la gente de las manifestaciones, la gente que por las noches ve la misma televisión que yo, que vive en cajas de cerillas sin ornamento, junto a las grandes avenidas que empequeñecen a quienes las cruzan.

Ya he visto demasiada gente esta semana, ahora quiero ver animales.

Me dirigía a una reunión en el Este, pero la cola en el control de pasaportes es tan larga que me puedo ir despidiendo de llegar a tiempo. Esta ciudad sigue dividida.

Aquí, el mundo ha dejado de ser real.

De nuevo una multitud, pero esta no exige nada, tan solo se defiende, se infunde coraje a sí misma con los lemas, las pancartas y las canciones de lucha procedentes de los grandes altavoces.