«Otra noche más sin poder dormir. Iba por toda la casa elaborando teorías. El mundo estaba hecho para mí. Yo era Cleopatra… Greta Garbo. Pintaba con pasteles y témperas. Todo lo que hacía me parecía genial. Bailaba con poca ropa en casa de mamá. Estaban los amigos de mi hermana. Cantaba y bailaba Paper Bag, de Fiona Apple. Yo era Fiona Apple.»
«Cecilia logra una voz inigualable, que resume el desquicie de la vida moderna, las trampas de la pertenencia y el dolor de no poder parar, el juicio constante. Una novela que hay que leer para detenerse y escuchar lo que está pasando a nuestro alrededor, los nuevos problemas, los que se vienen tapando. Desopilante en cuestiones que serían difíciles de explicar en una charla de café, por lo menos polémicas, se lee en una sentada, y se llora bastante más» (Luis Mey).