Antes de la era de INCORDIO, la opinión general era que, una vez que un país llegaba a ser democrático, no solo seguiría siéndolo, sino que lo sería cada vez más, porque sus habitantes así lo exigirían.
Por desgracia, recientemente eso ha dejado de ser cierto[109]. Algo está haciendo que los jóvenes se distancien de la democracia. A pesar de todas las optimistas palmaditas que se dan a sí mismas las empresas de redes sociales, parece que, cuando la democracia ha perdido vigor, el mundo online se ha vuelto más desagradable y falaz.