Después, porque, a pesar de lo que pueda parecer, no soy ningún cabrón y tú me importas.
No quiero, pero mi corazón se agita feliz otra vez.
—¿Y ahora? —murmuro, con demasiado miedo de lo que pueda responder.
—Ahora, porque lo que más me importa es protegerte, incluso por encima de lo que yo desee.