Cuando la mentira y la verdad se confunden, hacen una herida profunda en el alma, los sentimientos se distorsionan y los recuerdos se transforman en los fantasmas del silencio, o los redentores de nuestra mísera existencia, devolviéndonos (o regalándonos) una identidad.
Melisa atraviesa las fronteras de lo onírico, lo hace de una manera sencilla y sin embargo tan certera al describir, en cada verso, ese laberinto psicológico que todo ser humano arrastra y al que debemos ir descifrando para llegar a la meta final: saber qué somos, quiénes somos, cómo somos…
«La Mujer Pájaro», nos lleva de lo extrínseco a lo intrínseco, de lo básico a lo complejo, de lo familiar y superficial a lo oculto, lo profundo; lo que nos es propio, lo que nos es íntimo; lo que está más allá de la mentira o de la verdad, recreándonos a la vez, en la musicalidad de sus versos.
