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Libros
Jack Kerouac

Los subterráneos

  • aaadriocompartió una citahace 4 años
    dejarla allí abandonada en el tétrico mar del tiempo, olvidada y no perdonada todavía por el pecado del mar del tiempo, habría entrado en el automóvil, le habría tomado la mano, le habría prometido mi vida y mi protección, «Porque te amo y por ningún otro motivo»; pero en realidad, muy lejos de haber comprendido completa y definitivamente este amor, todavía me encontraba en plena duda, empezaba apenas a emerger de la duda que me atenazaba.
  • Daniel Chazaricompartió una citahace 10 meses
    ésta es la historia de un hombre que no se tiene mucha fe, y al mismo tiempo la historia de un inútil egomaníaco y bufón de nacimiento…
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 3 meses
    comprendo que esto que ha ocurrido con Mardou también es una broma, y pienso: «Qué ángel más raro este que se eleva de entre los subterráneos.»

    «Hijito, tú decidirás», me está diciendo en realidad Mardou en ese momento, «cuántas veces por semana quieres verme y todo eso; pero, como te dije, quiero ser independiente.»

    Y yo me vuelvo a casa, habiendo perdido su amor.

    Y escribo este libro.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 3 meses
    Yo pienso que tú eres como yo, quieres un solo amor, como si dijéramos, los hombres encuentran la esencia en la mujer, porque en ella hay una esencia» («Sí», pensé, «hay una esencia, y se encuentra en tu sexo») «y el hombre llega a tenerla entre las manos, pero la abandona para irse a construir sus inmensas construcciones.» (Yo le había leído pocos días antes las primeras páginas de Finnegans Wake, y se las había explicado, y también la parte en que Finnegan está constantemente construyendo «edificio sobre edificio sobre edificio» en las orillas del Liffey...
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 3 meses
    Una vez en el cine, después de una espera de quince minutos por lo menos, le tomo la mano, sin la menor intención de hacerlo; no porque estuviera enojado sino porque me pareció que pensaría que era demasiada humildad de mi parte tomarle la mano en el cine en un momento semejante, como si estuviéramos enamorados; pero igual le tomé la mano, cálida, perdida; no le pregunten al mar por qué los ojos de una mujer de ojos negros son tan extraños y perdidos
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 3 meses
    «¡Oye, tío!», me había dicho apenas una semana antes, una vez que me puse a hablar de Adán y Eva y me referí a ella llamándola Eva, la mujer que gracias a su belleza es capaz de hacer que el hombre haga cualquier cosa por ella, «no me llames Eva.»
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 3 meses
    «Bueno, querido, lo hicimos juntos», esa palabra tan de hipster, al oír la cual, aunque seguía caminando y mis piernas se movían y me transportaban y mis pies seguían apoyándose firmemente en el suelo, la parte inferior de mi vientre se había desplomado dentro de mis pantalones o de mis ingles, y todo mi cuerpo era una sola sensación de algo que se fundía definitivamente, que se derramaba como una masa blanda en la nada; de pronto las calles se volvieron tan lúgubres, la gente que pasaba tan bestial, las luces tan innecesarias para iluminar este... este mundo hiriente; estábamos cruzando una calle cuando ella dijo «lo hicimos juntos», y como una locomotora me vi obligado a concentrar toda mi atención para volver a subir a la acera
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 3 meses
    pasamos juntos una tarde entera y deliciosa, como si nos hubiéramos reconciliado, aunque de vez en cuando la pobre Mardou alza la vista y dice: «Pero en realidad deberíamos romper, no hemos hecho nunca nada juntos, íbamos a ir a México, y después te buscarías un empleo y viviríamos juntos; y recuerda también la idea que tenías de vivir en un altillo, todos esos fantasmas que no han cobrado vida, por así decir, porque no has sido capaz de proyectarlos de tu mente hacia el mundo, no has sido capaz de obrar, y yo tampoco
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 3 meses
    Ese breve llanto repentino en la explanada de la estación, por un motivo que en realidad yo no comprendía ni podía comprender; mientras me decía en el fondo: «Ves una visión de la cara de la mujer que es tu madre, que te quiere tanto, que te ha mantenido y protegido durante años, a ti que eres un vagabundo, un borracho; y nunca se ha quejado una sola vez, porque sabe que en tu estado presente no puedes lanzarte solo por el mundo y ganarte la vida y defenderte, ni siquiera encontrar y conservar el amor de otra mujer que te proteja; y todo porque eres el pobre y estúpido Leíto; en lo más hondo del pozo oscuro de la noche, bajo las estrellas del mundo, estás perdido, pobre, a nadie le importa, y ahora renuncias al amor de una mujercita, porque querías beber una copa más con un amigo juerguista que viene del otro lado de tu demencia.»

    Y como siempre.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 3 meses
    se divisaba esa desgraciada luz colorada que ondulaba como una luz marciana mandando señales y cohetes de fuego hacia los hermosos cielos de perdida pureza de la vieja California, en la triste madrugada de otoño, primavera, verano, altos como árboles; supongo que soy la única persona de South City que jamás habrá sentido el deseo de abandonar las limpias casas suburbanas para ir a esconderse entre los vagones de carga a pensar; deshecho. Como si tuviera algo suelto dentro; oh, sangre de mi alma, pensaba, y el Buen Señor o lo que sea que me puso aquí para sufrir y gemir, y para colmo de todo ser culpable, y me da la carne y la sangre que son tan dolorosas, las... mujeres todas tienen buena intención, esto lo sabía, las mujeres aman, se inclinan sobre uno, traicionar el amor de una mujer es como escupir sobre nuestros propios pies, arcilla...
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