En el teatro Femina de París se había realizado un concurso de tango, cuyo jurado estaba compuesto por lo más granado de la aristocracia europea: la princesa Lucien Murat, el Príncipe León, la vizcondesa de Riancey, el barón Henri de Birmingham, el conde de Praadiré, Mr. André de Fourquieres, entre varios otros. En aquella oportunidad, fue presentado como el baile de la más elevada sociedad argentina y este señalamiento provocó las bromas de los humoristas de Caras y Caretas: “alégrense compositores que se pasan la existencia escribiendo música titulada Limpiate el naso, Francesco; Spianta que viene el Chaffe; Me protege Don Benito o cosas del estilo, alégrense: pronto les abrirá las puertas la Sorbona”.