sangre «sucia» del paciente, hacerla pasar por la máquina de diálisis –que va a limpiarla de sus impurezas– y, a continuación, volver a introducir esa sangre en el cuerpo. Para mantenerse con vida, los pacientes requieren cuatro horas de diálisis, tres veces por semana, indefinidamente, a menos que reciban un trasplante.
Figura 3.1. Tasas de prevalencia ajustadas de la insuficiencia renal terminal 5
La enfermedad renal diabética a menudo tarda entre quince y veinticinco años en desarrollarse,