Contratado por la universidad de Oslo para supervisar unas excavaciones que se están llevando a cabo, Bjøm Belto es testigo del hallazgo de un cofre que contiene un manuscrito de gran valor histórico, ya que en él se desvelan unas leyendas que modificarían por completo la historia hasta ahora oficial del cristianismo. El llamado documento Q, tal vez, un evangelio escrito por el propio Jesucristo después de, supuestamente, sobrevivir a la crucifixión y retirarse sano y salvo a un pueblecito del sur de Francia, no muy lejos de los Pirineos. Hasta allí, en su secreto exilio, y en su callado viaje a través de las orillas del Mediterráneo, le habría acompañado tan sólo un reducido número de leales amigos, entre los cuales, desde luego, se hallaba José de Arimatea y, también, alimentando una larga serie de leyendas posteriores, María Magdalena. Con la que Jesús, según las fuentes que cuestionan su divinidad y su muerte en la cruz, llegaría a tener, como un patriarca judío más, siete hijos, cuatro varones y tres hembras. Con el deseo de evitar que el manuscrito caiga en las manos innobles de unas personas que se escudan en una fachada académica, Belto huirá de Noruega. Perseguido por aquellos que quieren hacerse con el cofre, su periplo le llevará de Londres a Oriente Próximo, para culminar en Francia. Publicada 2 años antes que el codigo Da Vinci
