Susanna Tamaro

Todo Ángel Es Terrible

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  • Lalo Hdezcompartió una citael año pasado
    Abramo Moravia, el antepasado que enlaza al tío Ettore conmigo, no era un intelectual sino un carnicero experto en la shejitá, el sacrificio ritual de animales para la comunidad judía. Empuñando un cuchillo sin mellas, de un hábil tajo cortaba de golpe el esófago, la tráquea y la yugular del animal, de tal manera que éste perdía inmediatamente el conocimiento. La tarea siguiente consistía en desangrarlo y dejar que la tierra absorbiera la sangre caída, limpiando con agua la que quedaba en el cuerpo.

    La hoja del cuchillo perfecta, la mano firme, el estar continuamente inmerso en la alternancia entre la vida y la muerte —con un sentimiento en vilo entre el desapego y la compasión, unido a la certeza de cumplir un acto que trasciende por su potencia nuestra comprensión y el consiguiente temor que deriva de ello— son características que el sacrificio de animales y la escritura comparten. Se requiere un conocimiento profundo de la anatomía y tener piedad, pero también es indispensable que la piedad no haga temblar la mano convirtiendo el corte en un suplicio innecesario.
  • Lalo Hdezcompartió una citael año pasado
    Éste era el tipo de relación que se tenía en mi familia con el psicoanálisis, considerado más que nada como un juego singular, una fuente infinita de witz y de boutades, un maravilloso pasatiempo literario pero nunca, por ningún motivo, una práctica válida. «No es bueno para el hombre mostrar cómo es por dentro», repetía con frecuencia mi tío.
  • Lalo Hdezcompartió una citael año pasado
    Aquel rincón del Caffè San Marco era el último retazo de una cultura europea que agonizaba. No había ordenadores en las casas y en las vidas se contemplaba todavía la presencia de la sombra. El mundo de la vulgaridad, del consumismo, del fin que justifica los medios, del protagonismo narcisista imperante, de las luces siempre encendidas y nunca capaces de iluminar de verdad, de la manipulación planetaria de las mentes, de la información transformada en saber, estaba aún por llegar. Un día, mi abuela empezó a decir: «¿Sabes?, me siento feliz de morir porque el mundo que veo venir no me gusta en absoluto.»
  • Lalo Hdezcompartió una citael año pasado
    sin alguien que te agarre la mano con firmeza, como si fueras un niño, es imposible caminar por el borde del precipicio.
  • Lalo Hdezcompartió una citael año pasado
    En estos tiempos de globalización, resulta ridículo pensar en la influencia de los lugares sobre las personas, sobre los artistas y su obra, y sin embargo es así: lo que está fuera determina en gran manera lo que está dentro.
  • Lalo Hdezcompartió una citael año pasado
    Cuando recuerdo aquella época de confusa alteración, la veo como las primeras, y únicas, vacaciones de mí misma que me he concedido en la vida. Había hecho borrón y cuenta nueva, cancelé mi doloroso pasado; dejé de hacerme preguntas sobre el futuro. Roma, con su molicie tentacular, con la infamia de su descuidada belleza, con su vive y deja vivir era el antídoto a la demencial dureza de mi infancia.
  • Lalo Hdezcompartió una citael año pasado
    Los hijos tienen una necesidad absoluta de admirar a sus padres, de sentirse orgullosos de ellos; están dispuestos a aferrarse a cualquier cosa con tal de imaginar en ellos algo digno y grande y, cuando no es así, una sombra de humillación y degradación se extiende sobre sus vidas, como escribí en una de las páginas que más me gustan de Escucha mi voz.
  • Lalo Hdezcompartió una citael año pasado
    ¿Quién, pues, nos dio la vuelta de tal modo

    que hagamos lo que hagamos siempre tenemos la actitud

    del que se marcha? Como quien

    sobre la última colina que una vez más le muestra

    todo el valle se gira y se detiene, se demora,

    así vivimos nosotros, siempre en despedida.
  • Lalo Hdezcompartió una citael año pasado
    Como yo, aborrecía el moralismo, y, como yo, detestaba la obligación de quererse por puro convencionalismo. No era el parentesco lo que hacía que una relación fuera necesaria, sino algo más profundo. Caminar hacia la verdad, en la verdad. Y caminar en esa dirección sólo quería decir una cosa: cancelar, día tras día, la mentira, el aburrimiento perpetuo y falsificador de la obviedad de las palabras ya dichas, de los pensamientos ya pensados. Significaba también no tener ningún miedo de entrar en una dimensión más profunda, la del amor que nada pretende, que nada separa, ciego ante cualquier forma de juicio.
  • Lalo Hdezcompartió una citael año pasado
    Los demonios que me han sido más fieles son la violencia y el miedo; van siempre en pareja y son constantemente la causa el uno del otro, miedo y reacción de defensa, deseo de vencer, herir, destruir, pisotear.

    Todavía ahora, en momentos de particular silencio, oigo los pasos del asesino resonar bajo la bóveda de mis días. Dejo la ilusión de Rousseau —la del hombre que nace naturalmente bueno— para los espíritus ingenuos, para todos aquellos que no se han visto nunca obligados a mirar a la cara a la verdadera naturaleza del ser humano. El mal tiene una naturaleza volátil, ligera, inodora e invisible, penetra por todas partes sin esfuerzo alguno, invade a las personas sin que se den cuenta. De la ausencia de contemplación interior nace el recurso del chivo expiatorio. El mal no está en mí sino en el otro, por eso hay que perseguirlo y aniquilarlo.
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