dijo Wayne Dyer: «Estar inspirado es estar en el espíritu». Cuando estamos alineados con el espíritu, los pensamientos son amorosos y no queda lugar para el juicio. De modo que la próxima vez que te notes atrapado en el ciclo del juicio, sumérgete en un proyecto creativo y deja que el espíritu tome el mando. Si dedicas una hora a la creatividad, al salir de la experiencia te sentirás ligero y energizado. No querrás alterar las vibraciones elevadas ni recurrir al juicio. Cuanto más tiempo dediques a las prácticas creativas, más feliz serás.
Celebra los milagros
A lo largo del camino de la desintoxicación del juicio, te he animado a documentar los milagros en tu diario. Ahora que has completado los seis pasos, ¡te recomiendo que dediques algún tiempo a celebrar tus milagros! Un curso de milagros enseña:
No hay grados de dificultad en los milagros.
No hay ninguno que sea más «difícil» o más «grande» que otro.
Todos son iguales.
Todas las expresiones de amor son máximas.
Cada momento milagroso ha dejado una impronta en tu campo energético y ha guiado tus pensamientos de vuelta al amor. Cuantos más milagros añadas, más milagrosa se volverá tu vida. Ahora dedica algún tiempo a revisar tus momentos milagrosos y a integrar la grandeza de lo que has creado. ¡Eres un obrador de milagros!
Acepta que en cualquier momento en que cambias la percepción del miedo al amor experimentas un milagro. Cuando reconoces lo lejos que has llegado en este camino y cuánto mejor te sientes, resulta muy duro volver atrás. Si conviertes la celebración de tus milagros en una práctica, no abandonarás el camino. Prestar atención a tu progreso te mantendrá