Belleza, tristeza, alegría no son partes integrantes de un objeto, de un acontecimiento: no existen sino dentro de mí misma. Por lo tanto, si estos sentimientos latentes moran en mí de un modo constante y solo incidentalmente dependen de las circunstancias externas, es cosa mía y solo mía aprender a que surja, del fondo de mi yo, alegría pura, no condicionada, en lugar de la tristeza. Así, cada cual puede modelar su mundo a su manera...