A cuadro: ocho ensayos en torno a la fotografía, de México y Cuba

El álbum de familia cuenta historias que son factor integrante de memoria que se manifiesta de generación en generación. Fontcuberta menciona a Norberto Bobbio para citar la frase “Eres lo que recuerdas”, añadiendo que “no somos sino memoria. La fotografía, pues, es una actividad fundamental para definirnos que abre una doble vía de ascesis hacia la autoafirmación y el conocimiento […] Porque siempre fotografiamos para recordar aquello que hemos fotografiado, para salvaguardar la experiencia de la precaria fiabilidad de la memoria”.102

La fotografía familiar o doméstica96 comprende una serie de temáticas que van desde imágenes espontáneas de la vida cotidiana, retratos, espacios caseros, hasta los ritos familiares trascendentales para cada grupo doméstico: cumpleaños, vacaciones, bodas, bautizos, reuniones familiares, entre muchos otros. Dichas representaciones, permiten conocer otros temas más generales como la educación, prácticas rituales, roles de género, el trabajo, el ocio, la organización familiar y momentos cotidianos. La fotografía doméstica, por lo tanto, permite interconectar el sector privado con el público, lo particular con lo sociocultural.

No obstante, apremió la voluntad de sorprender el trajín de la vida cotidiana y de elaborar escenificaciones controladas. La presencia de movimiento era crucial para la realización de escenas fotográficas. Estas requerían del registro de una o varias acciones, o al menos de pequeños gestos que sugirieran el paso del tiempo y la intención de movimiento. Las temáticas de la pintura de historia y de la pintura costumbrista no podían ser adaptadas al medio fotográfico si este seguía atado a la generación de imágenes fijas e inmóviles.