La comunicación dialógica como competencia médica esencial

El proceso de enfermar, buscar atención y someterse a un proceso terapéutico, se vincula con la condición humana del sufrimiento

La enfermedad se entiende como un proceso de cognición esencial de quien la padece, que refleja la fragilidad de la vida por el sufrimiento o el dolor como experiencia general. Esta experiencia se ubica en un contexto social y cultural específico.

Crear y escuchar una narrativa, son procesos activos y constructivos que dependen de recursos personales y culturales. Los relatos pueden constituirse en medios poderosos para aprender y avanzar en el entendimiento del otro al propiciar contextos para la comprensión de lo que no se ha experimentado personalmente. Para quienes escuchan, conocer una historia, pone en movimiento una búsqueda de significados entre posibles considerados y surge una narrativa co-construida entre el mundo de la historia y la historia del mundo en que es narrada.

Al realizar sus diagnósticos, los médicos no deben guiarse sólo por las demandas del paciente y menos al dar tratamientos, no es deseable crear enfermedades cuando en realidad el problema puede ser de estrés o depresión. Hay que resaltar que para los pacientes sus síntomas son genuinos, no necesariamente están tratando de manipular al médico o ser una molestia, su actuar es consistente con sus preocupaciones y expectativas, de ahí que sea importante atenderlos y no sólo etiquetarlos como “pacientes difíciles”.

La ira es natural en el duelo y en el ajuste ante un diagnóstico serio “¿por qué yo?”, y actúa como un detonador de procesos y trayectorias de atención.

mala noticia se entiende cualquier información que afecte de manera negativa las expectativas que tiene el paciente de sí mismo y su futuro

paciente que pasó de ser simple objeto de estudio a sujeto del acto clínico.

El paciente va adquiriendo, cada vez más, comportamientos de consumidor, de tal modo que selecciona entre ofertas, busca paquetes y oportunidades, compara precios y servicios, y elige según su criterio un mercado.

La medicina es una ciencia social y no sólo biológica, la posibilidad de humanizarla se encuentra en la comunicación de diálogo que incida en el estado de salud de las personas y eso se aprende, no es una cuestión intuitiva.

La protocolización de los síntomas biológicos en el marco del modelo biomédico son parte importante de la consulta y constituyen un componente ineludible del médico. No obstante, con frecuencia, los mayores determinantes de la salud no son orgánicos sino emocionales y socioculturales.