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Albert Béguin,Mario Monteforte Toledo

El alma romántica y el sueño

  • Flor de lizcompartió una citahace 2 años
    Los primeros años del segundo Imperio vieron nacer, por una singular coincidencia, las tres obras capitales que señalan la fuente de toda la poesía moderna: la Aurelia, de Nerval (con las Quimeras, inseparables de ella), Las flores del mal y los poemas míticos de Hugo. En un aislamiento igual, tres visionarios caminaban en pos del sueño.
  • Flor de lizcompartió una citahace 2 años
    Pero es tal el valor poético de esos elementos sacados del fondo de un pasado conmovedor, que lo que menos importa es conocer su origen exacto. Al entrar en el universo del poema, actúan por sí mismos y el análisis biográfico nada puede añadir a su virtud de hechicería
  • Flor de lizcompartió una citahace 2 años
    El poeta, que tiende a captar en el acto mismo de la creación poética fragmentos de su propio destino (o, lo que viene a ser lo mismo, partículas de la realidad invisible), no elegirá sus palabras y sus imágenes conformándose a alguna ley de inteligibilidad en que haya convenido con el común de los mortales: elige aquellas sonoridades y aquellas alusiones, intraducibles para él mismo, que despiertan en él las ondas infinitas de una emoción reveladora; una flor, un color, uno de los nombres de Dios, hasta una sílaba, serán las cosas que, a causa de una asociación con el recuerdo personalísimo de un instante favorecido, quedarán cargadas para él de un valor afectivo. Para él solo, según parece al principio; pero si es un verdadero mago y si sigue con toda sinceridad esos como choques interiores que ciertas imágenes producen en todos los hombres, el milagro se producirá y el lector sabrá que el poema le habla de una realidad profunda
  • Flor de lizcompartió una citahace 2 años
    Quienes se aventuran a esas exploraciones interiores traen de ellas obras singulares y perdurables que conservan, de su autor, no su ser accidental y perecedero, sino su esencia y su figura mítica. Esos hombres procuran llegar al plano profundo, en el cual se desarrolla, no su propia historia terrestre, sino su destino eterno. A semejanza de los místicos, pagan con el anonadamiento de su persona la inmersión en la noche
  • Flor de lizcompartió una citahace 2 años
    Aquí es donde se capta el verdadero sentido de esa confianza de Nerval en los sueños: en ellos veía un medio apto para hacer descubrimientos, y no sólo el descubrimie
  • Flor de lizcompartió una citahace 2 años
    En vez de un ser humano rodeado de apariciones empeñadas en espantarlo o en infundirle confianza, en ese universo vemos debatirse las grandes querellas de los dioses.
  • Flor de lizcompartió una citahace 2 años
    La nostalgia de la perfección original inspira la mayor parte de las visiones bienaventuradas, pero siempre va acompañada del doloroso sentimiento de que esa edad de oro no está hecha para creaturas como las que nosotros somos
  • Flor de lizcompartió una citahace 2 años
    Como en Jean Paul y en Victor Hugo, el sentimiento de los orígenes se asocia a la vez al de la infancia perdida y a la angustiosa visión de un caos en que todo se encuentra en estado de nacimiento, de fusión continua, de incesante confusión
  • Flor de lizcompartió una citahace 2 años
    Nerval no piensa en esas explicaciones que tan sencillas suelen parecer, y que admiten que el sueño compone sus escenas con elementos reales conservados por la memoria; la suya es ya una lógica diferente: siente la seguridad de que el mundo de la imaginación es tan real como el otro.
  • Flor de lizcompartió una citahace 2 años
    Una continuidad inquietante e inexplicable se establece entre los dos mundos. Transportado a un reino de visiones agradables, Nerval siente en él la añoranza de su existencia habitual; pero al volver a ella, se lamenta de haber dejado escapar el paraíso. Sueño y vida son dos mundos entre los cuales se debate el hombre, igualmente atraído hacia uno y hacia otro. En el estado habitual, esos dos mundos están separados, y la atmósfera extraña, en el relato de Nerval, comienza en el momento preciso en que el muro divisorio deja de ser impermeable
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