Cuando una historia comienza con «tengo una amiga que…» sospecha dos cosas: que la anécdota promete y que a la protagonista la tienes enfrente. Así de interesantes son los relatos de nuestras cuatro narradoras. Lo que comienza con una celebración de cumpleaños para cuatro chicas treintañeras, desembocará en una catarsis: confesiones, deseos y secretos personales. No buscarán soluciones, solo el apoyo incondicional de quienes mejor las entienden.