Este no es un libro al uso de cuentos para niños. Aunque contiene historias sobre espantapájaros parlantes, papiroflexia y sombras chinescas, aparecen también personajes de dudosa catadura.
Y es que dudo que el anciano que me contó estas historias, conociese a Blancanieves.
Con ser de un pueblo castellano, creo que ni siquiera sabía que existieran los tres cerditos.Pero conocía trileros, adivinas, inspectores de abastos inoportunos y hasta extraños visitantes de los que proponen ruinosos negocios para la salud del alma.
